¿Valor agregado o aprovechamiento descarado? Esta pregunta surge de manera vulgar e hilarante, pero su origen no es ilegítimo. El capitalismo nos lleva a tomar en consideración la relevancia de aquello que se produce y se compra. De esto se podrían desprender otras dos cuestiones: ¿cuánto de lo que se consume es realmente necesario? ¿la sociedad de consumo necesaria al capitalismo es garantía de bienestar?
El hecho de transformar del estado natural algún objeto sometiéndolo al trabajo es un hecho que Locke no habría negado. Al contrario, para el filósofo inglés esta es una forma legítima para generar valor. El error sería consentir que un individuo tome aquel bien, lo transforme y se lo revenda a algún otro que haya sido el beneficiario directo. El valor generado en términos monetarios puede aumentar la suma de bienestar en la sociedad en su conjunto, no obstante, mayores son las pérdidas económicas (no monetarias) si es que junto al recurso natural se esfuma su oferta de servicios ecosistémicos o ambientales. En este caso, el costo de oportunidad a considerar sería alto.